viernes, 11 de mayo de 2012


            Marchaba de camino hacia Jerusalem. En un paraje cerca del lago de Galilea, me encontré con una muchedumbre. Me acerque hacia ellos, estaban todos sentados. Había un hombre encima de una roca, en una posición como si estuviera sentado en una catedra, les hablaba con autoridad, mientras todos escuchaban en silencio. Desde donde estaba no conseguía escucharle bien, y pregunte a uno que estaba a mi lado.
-          ¿quién es ese? Le pregunte con un ligero movimiento de cabeza.
-          ¿no sabes quien es?. Es Jesús, un nuevo profeta.
-          Y ¿qué dice?.
-          Vosotros sois la sal de la tierra. Me contesto.
Esas palabras, vosotros sois la sal de la tierra, no las logre comprender en un primer momento, no entendía. La sal de la tierra, la sal..., me preguntaba una y otra vez.
Cuando llegue a mi destino, pregunte a mi gran amigo Nicodemo, quien era Jesús. No lo sabia muy bien, pero parecía ser un maleante, un alborotador del pueblo, para enfrentarlos contra los Romanos. Le pregunte que sentido tenia la sal en su cultura, puesto que ese tal Jesús, les decía a la gente “vosotros sois la sal de la tierra”.
-          La sal en nuestro pueblo, se utilizaba, para firmar tratados de paz con nuestros enemigos, se les llamaba “pactos de sal”, consiguiendo la paz. Como tu bien sabes la sal era indespensable para todo, para mantener los alimentos, para el comercio, etc. Me comentaba mientras paseábamos por su jardín.
-          Entonces les esta diciendo que sean la moneda de cambio, para conseguir la paz. Le dije agarrando su brazo y haciéndole parar.
-          Pues, visto a así, si. Eso parece decirles.
-          Los invita a servir de salazón para mantener la unidad de vuestro pueblo, de lo contrario los Romanos os destrozaran y destruirán toda vuestra cultura.
-          No creo, aunque tiene un poco de sentido, los romanos nos están destruyendo poco a poco.
-          Tiene todo su sentido, no invita a la revolución, si no más bien a todo lo contrario. Esta llamando al pueblo a perdonar a los romanos y ha no sublebarse contra ellos. A tratarlos con amor. El amor y el perdón, única fuente de reconciliación humana.
-          Bueno, ese Jesús, no creo que llegue muy lejos, pero nosotros si, mi gran amigo Asirio. Hablemos de nuestros negocios. Pasándome el brazo por encima del hombre me llevo hasta su casa.     

3 comentarios:

  1. Vosotros sois la sal de la Tierra, es un pequeño relato historico. Espero que os guste.

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  2. Jesucristo fue un revolucionario de conciencias, no busco el poder para cambiar el mundo,
    se mezclo con el pueblo y se preocupo de aliviar el sufrimiento de las gentes enfermas,
    desnutridas y pobres, El vio desde pequeño como su pueblo era sangrado a impuestos y tributos, como
    le arrebataban las tierras y las cosechas para mantener a las tropas romanas, su manera de entender y vivir a Dios era peligrosa y ni el poder de Roma ni las autoridades del Templo pudieron soportar ese mensaje de amor y de la búsqueda de Dios y su justicia.
    Me gusta mucho, sigue....

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  3. Jesucristo, que gran referente. Creo que la iglesia a perdido parte de las enseñanzas que aquel hombre predicaba, pobre desde que nació y pacífico, sabiendo que todo se podía conseguir perdonando.

    Me ha gustado mucho

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