viernes, 18 de mayo de 2012

LAS CAPAS DE LAS CEBOLLAS


            Anoche cene una ensalada de tomate con cebolla y aceitunas negras, no me pude resistir, me encanta y comí cebolla, que mal me sentó, pensé en cebollas, soñé con cebollas, repite cebollas, como no escribir sobre las cebollas, curioso alimento donde los allá.
            Es la única hortaliza que cuando la partes para prepararla te da por llorar, y no puedes parar, con lo ojos en vidriosos, las manos manchadas de cebolla, y venga a llorar, descongestiona las fosas nasales, te quedas nuevo, te acuerdas de toda las familias de las cebollas y de quien te mando partir la maldita cebolla.
            Me acordaba de Sherk, eso ogro verde de orejas en forma de tubo y manos más grandes que su cabeza, que ya es decir, una conversación que tiene con su compañero de fatigas, el burro pesado, para explicarle como son los ogros, le pone de ejemplo las cebollas.
-         Los ogros somos como las cebollas. Comenta Sherk.
-         Ah! Claro, que cuando se abren te da por llorar. Comenta el burro.
-         No. Animal. Las cebollas tienen capas, los ogros tenemos capas. Comprendes.
-         Ah! Ya comprendo.
Pues eso nosotros también tenemos capas como las cebollas, la primera capa es
la corteza esa marroncita que tienen, como el papel cebolla, anda, de hay le viene el nombre, papel cebolla, finita, suave y muy frágil. En esa capa intentamos aparentar lo mejor de nosotros, en mi caso, del montón, buena persona y algo reservado, bastante reservado, poco pelo, quizás si me desabotonara la camisa hasta el tercer botón, seria un poco más atractivo, pero soy de los formales, siempre bien puesto, a mi manera, pero siempre bien. (Pantalón baquero, camisas y suéter, chaquetón en invierno, y en verano baqueros y polos, si las ocasiones lo requiere traje y corbata, pero solo si la ocasión lo requiere).
            Las siguientes capas son las que siempre se tiran, es cebolla, pero no sirve, siempre se desecha, esa es la que todos queremos ser y no podemos, en mi caso, me gustaría ser más cariñoso y no puedo, lo intento, juro que lo intento, ,ser mejor persona, pero siempre tengo algo que no me deja, y ya que estamos un poco místicos, como diría San Pablo, “no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero”. Desarrollar mi vena creativa, en fin, esa capa no sirve.
            Luego tenemos las capas que son las mejores, esas que nos comemos, esas que están buenas de todas las maneras, hervidas, a la plancha, en ensalada, al horno, glaseadas, rebozadas y fritas, etc., esas serian toda nuestra vida  en el día a día y que compartimos con los demás, los hijos, la familia, los amigos, el trabajo, la mujer, bueno la mujer no, esa no se comparte, lo mejor de mi vida, sin lugar a dudas.
            Y por ultimo esta el corazón de la cebolla, ese lugar, que es donde están los sentimientos, ese corazón que te hace llorar, que esta tan apiñado que se hace un solo cuerpo y del que nace el tallo de la cebolla, si no te la comes y la dejas criar malvas en el cajón de las cebollas, ese es nuestro corazón, los sentimientos más profundos y los anhelos más grandes que podemos tener, en mi caso, llegar a muy viejo con los míos, verlos felices, ayudarlos en todo y cuanto pueda, y algún día que puedan leer esto y acordase de mí. 
            La cebolla es el remedio médico más eficaz contra la tos, esa tos cansina que le da a los niños por la noches, que hasta que no echan la palmera, no se quedan tranquilos, le partes una cebolla y la pones en la mesilla, cierras los ojos, respiras profundo y te imaginas que estas en una matanza de un chino, el resto lo pones tu, ellos pasan la noche como un ángel y tu también descansas.  

2 comentarios: